Por Lorena Acosta Iglesias
A Diógenes de Laercio,
mentor en estas artes,
el más sincero entre los
embaucadores postreros
del deber, merecer,
IVA incluido.
Hoy mi piel escudera
se ha bañado de la viscosa
indiferencia.
Hoy quiero reírme del mundo
hasta mancharlo del dolor
esquivo que relampaguean
mis dientes, panorámica
del juicio del insensato.
Hoy me rompería en las cosas
que me señalan
¡y sería tan gozoso!
En un último gesto
simultáneamente
rasgar la frontera
entre mi ventana
y el tribunal
de sus medidas.
¡Y la risa amable conviértase
en el sopor estridente
que les devuelve sonoramente
la asquerosa semblanza
de su dedo indicativo!
Y reconocer,
tan sólo íntimamente,
—léase, en mis vísceras
pestilentes— que el reverso
de mi carcajada
es el índice del odio
hacia mi misma.
Me gusta la poesía libre.
Loa al Sarcasmo me parece fuerte, bien escrita.
Interesante.
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