Por Felipe de Jesús Jiménez Esparza Todo me había salido bien. De hecho, resultó cómo lo planeé y la sonrisa en mi rostro no dejaba de temblar, se negaba a calmarse, a un punto en el que ya era cansado. Pero así como la felicidad había llegado, disminuyó paulatinamente, a medida que entraba ahí. Se …
