Por Lorena Acosta Iglesias A Diógenes de Laercio, mentor en estas artes, el más sincero entre los embaucadores postreros del deber, merecer, IVA incluido. Hoy mi piel escudera se ha bañado de la viscosa indiferencia. Hoy quiero reírme del mundo hasta mancharlo del dolor esquivo que relampaguean mis dientes, panorámica del juicio del insensato. Hoy …
