Por Douglas K. Currier
Cada día el olvido me saca algo,
me roba un detalle – a veces
las cosas frívolas, simples
– un nombre, una cara, un dicho común.
A veces algo más grave – como me sentí
en tal lugar con tal persona, un olor que
casi reconozco, la letra de una canción
que no me llega. ¡Qué carterista!
Ladrón de carteras, que se conforma con
lo que puede agarrar – un botón de chaleco,
gafas de sol, un sombrero, la sensación
del dedo pulgar.
La memoria hace lo que puede – guarda cosas,
esconde más en lugares inalcanzables para mi
ahora, pero el olvido – interminable, poco a poco
me dejará la mente desnuda, sin trapo
para cubrirme, sin una mano amiga
que me recuerde, sin idea de lo que me ha quitado.

Lo Bailado.
Me gustó. Diferente, realista, muy actual y cotidiano.
Me gustaMe gusta