Por Yasser Ramos Ocho meses, mi panza estaba enorme, era un mundito andante y pesaba demasiado, para este momento mis actividades favoritas por obligación eran permanecer acostada o sentada mirando lo que sea que tuviera enfrente, sin embargo, la mano de la emoción estaba puesta sobre mi ombligo y yo sentía un cosquilleo hermoso por …
