Por: Karla Hernández Jiménez* ¿Hasta cuándo piensas tenerme atrapada aquí, Armando? Llevas más de quince años reteniendo mi presencia aquí, ¿por qué no te atreves a dejarme salir? Recuerdo que, cuando solamente eras un niño, no te daba pena exponerme delante de todos, creo que incluso te sentías orgulloso de mi. ¿Hasta cuándo piensas fingir …
