Por Antonio de Jesús Cortés Toledo Tres veces llevaba doña Pancha santiguando la casa de los López. Cada rincón, cada puerta y ventana, cada espacio en aquella pieza estaba sahumado. El olor a albahaca, incienso, anisado y hasta ajo era perceptible desde la esquina. Nadie sabía exactamente qué era lo que pasaba en esa familia. …
