Por Joel Mendoza Sánchez —¡Ay Dios bendito, ten piedad, por favor, Madre Santa! —No le haremos nada señora. nomás denos el dinero. —Ave María, ruega por nosotros los pecadores… —No hay tiempo para esto. Leo le arrebató la bolsa a la señora. En su interior, solo pudo ver una estampa de un santo, un teléfono …
