Por Gerser Vergara Gelly (México)
Los árboles dejan marchitar sus
hojas ya desmayadas
Pero no dejo que las mías mueran
esta temporada
Con todo el frío otoñal reclamando
mi tristeza profunda
No siento más que calor, en las
largas pieles de la casa inunda
estrújame, rómpeme, déjame huir
¿Por qué no te despediste?
Te cuidado, no te enteraste que
mientras yo por ti derretía las
infinitas batallas que eran
huéspedes en tu morada
Yo me enfriaba, los caños y las
tuberías de lo que llamaba hogar se
ensarraban, mi sala destruida, con
solo una silla
Y un par de ventanas rotas,
dejando entrar solo hojas rojas y
anaranjadas
Me tenia yo misma mal
acostumbrada
Más allá de la naturaleza en mi
humanidad, decidí siempre darle
paso a la oportunidad
Hubiera preferido no haberme dado cuenta
Seguir como si nada, acostada en tu
cama
Tala mis subsuelos, dejando caer las
ramas para que después pueda
pisarlas
Septiembre sabrá esperar y Octubre
lo vivirá
Que veloz se perdió tu voz entre
todas las demás
Una conversación que solo tendré con
tu recuerdo
Y es que en cierta manera si soy
otoño
Donde todo lo muerto, se derrumba y
es la mejor época para arrancarlo sin
esperar que resurja
Tu odiabas la brisa y yo era una
ventisca constante
Te convertiste en un fantasma más de
la casa que siempre te pareció vacía
Y es que si, vivo sola, vivo de nuevo
con mis sombras
La autora es conductora y locutora de varios proyectos de la BUAP, escritora y poetiza amateur, he participado en varios talleres en contra de la discriminación sexo-genérica.
