Por: Alberto Treviño Castillón*
Ya no seré alma,
prefiero ser solo carne.
Carne y huesos se forman,
en vez de lo que suelo ser.
Mi cerebro es bosque,
campo de vibraciones
succionando mi corazón.
Mis órganos, cristales.
Una tormenta en mis manos,
no dice que fui vencido.
Al contrario, es mi lucha,
protegiéndome de muertos.
Mi desnudez me expone,
pero no hay nada de malo
al ser natural y frío
de las batallas que porto.
Y ya ni sé lo que siento,
pero ya siento lo que sé.
¿Por qué seguir lastimando
la carne que me protege?
El hábitat en mi mente,
porta árboles hermosos,
ríos interminables
donde paro a descansar.
De vez en cuando,
vale la pena arreglar
raíces.
*Alberto Treviño Castillón es un poeta nacido en Monterrey, Nuevo León el 7 de septiembre de 2002. Actualmente tiene 18 años y estudia su último año de bachillerato en la Preparatoria Eugenio Garza Sada del ITESM. En su afinidad y gusto por las artes ha cursado diferentes cursos como actuación y canto. Asimismo, busca pulir su carrera literaria, específicamente en el género lírico. En cuanto a las artes cinematográficas es fanático y pretende seguir aprendiendo de esta y las demás artes.