Por: Miguel Ángel Bello Isidoro

El “libro con alas”: una innovación argentina que revoluciona la lectura y la poesía para jóvenes del escritor y docente Pablo Andrés Rial, quien participó de los Premios Prisma 1ª edición nacional, presentó un formato editorial inédito registrado en el INPI: el libro con alas, una propuesta que combina poesía, diseño y juego para transformar la forma en que niños, niñas y adolescentes se acercan a la lectura.

En un tiempo donde las pantallas dominan la atención, el escritor y poeta Pablo Andrés Rial (Buenos Aires, 1984) busca recuperar la curiosidad por la lectura desde el juego y la exploración. Autor de La casa de barro (2023), Forzado a viajar (2023), Aves desplumadas (2023) y Leonor (2025), Rial acaba de registrar en el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI) un nuevo formato literario: el libro con alas (Título N.º 108465). Este invento reconfigura la experiencia de leer poesía y literatura infantil y juvenil mediante un diseño desplegable que permite múltiples combinaciones poéticas.

El libro con alas invita al lector a crear su propio recorrido. Inspirado en la obra Los cien billones de poemas de Raymond Queneau, este formato rompe con la linealidad y propone un juego visual y literario: una hoja base con dos extensiones laterales plegables que pueden combinarse para generar hasta diez configuraciones diferentes de lectura. Cada “vuelo” de lectura es único. Las alas pueden contener versos, ilustraciones o disparadores creativos que inspiran a los lectores —especialmente niños y adolescentes— a crear sus propios textos, dibujos o historias. El resultado fusiona poesía, diseño editorial, ilustración y pedagogía, acercando la literatura a nuevas generaciones desde la curiosidad, la exploración y la libertad creativa.

Actualmente, Rial trabaja junto al equipo de la Secretaría de Extensión Universitaria de la Universidad Nacional Guillermo Brown (UNAB), bajo la coordinación del secretario Ignacio Jawtuschenko y el docente Julio Sánchez Martínez, del área de innovación y diseño. Juntos desarrollan el primer prototipo del formato, tomando como base el poemario Forzado a viajar. La meta es llevar el libro con alas a escuelas, a bibliotecas y a clubes de lectura juvenil para potenciar talleres de escritura y experiencias transmedia que combinen el formato físico y digital. Sin embargo, Rial reconoce los desafíos. El mercado editorial suele resistirse a lo novedoso y las propuestas que rompen con el formato tradicional enfrentan obstáculos para encontrar espacios de producción y distribución.

No obstante, el proyecto avanza con el respaldo institucional de la UNAB. “En un contexto de ajuste, la respuesta es la articulación entre los actores del sector productivo”, sostiene Jawtuschenko, quien destaca que este tipo de proyectos permiten “mejorar la competitividad, poniendo en el centro la ciencia y la tecnología por su potencia transformadora y agregado de valor”. El secretario de Extensión señala que el desarrollo de innovaciones como el libro con alas forma parte del trabajo que la universidad realiza en su Centro Universitario PyME, donde se promueve la interacción entre industria, Estado y sector científico-tecnológico.

Más que un objeto editorial, El libro con alas funciona como una herramienta pedagógica. Su estructura lúdica estimula la creatividad, la atención y la imaginación, haciendo de la lectura un acto participativo. Cada niño o joven lector puede reinventar el texto, descubrir sentidos nuevos y construir su propia experiencia poética. Para Rial, la función lúdica del invento es secundaria; su verdadera importancia reside en su capacidad para actuar como una “máquina que redescubre al poema”. Rial pasó tres días consecutivos en un estado de “fiebre creativa”, sacrificando el sueño para dar forma a su visión. Buscaba, en sus palabras, “saltar los muros de la continuidad lineal del verso, y dejar de verlo como algo acabado, para pasar a apreciarlo como un laberinto que en sí mismo es”.

Esta necesidad de transformar la experiencia convencional de lectura lo llevó a diseñar un formato que rompe con la pasividad tradicional y convierte al lector en cocreador de significado. El libro con alas también responde a una crítica más amplia sobre el estado de la poesía contemporánea. Rial cuestiona la falta de innovación y la sobreprotección del género, factores que lo mantienen relegado a un nicho. “¿Cuándo fue el último vanguardista?”, se pregunta, instando a los creadores a reflexionar sobre las razones por las que la poesía sigue siendo un género minoritario. Su propósito es claro: “mover el avispero del género poesía” y convertirla en una experiencia viva, creativa y participativa.

Con esta propuesta, Rial aporta una mirada diferente a la cultura y la educación argentina, demostrando que el libro puede seguir transformándose. “El libro con alas busca que la poesía vuele y llegue más lejos”, resume el autor. Una frase que condensa el espíritu de un proyecto que une literatura, diseño y juego, y que promete abrir nuevas páginas en la historia del libro infantil y juvenil en Argentina.