La noticia

Por: Iraldo Ramírez Tapanes (Cuba)

Escondida detrás de la puerta, la madre a través de una mirilla observaba a su hijo a trabajar en una habitación ambientada para la investigación, entrecerró los ojos para tratar de abarcar un espacio mayor de visión. Demoraba en ocasiones de levantar la mirada para darse cuenta de que estaba despreocupándose de las labores domésticas. Luego se sentaba en un confortable mueble y buscaba el instante del nacimiento de su hijo. La niñez y adolescencia marcadas por la idea de crear una fórmula mágica que lograra revolucionar al mundo.

Una sola vez pudo la madre traspasar la puerta que separaba a su hijo de la realidad que traspasaba el marco de aquellas paredes. Fue para llevarle algo de comer y beber, llevaba muchas horas encerrado en aquel laberinto de computadoras.

El sonido de la radio y las voces de los periodistas de diferentes espacios de información despertaron la curiosidad de los habitantes de la ciudad. Mientras sucedían las noticias se fue hacer los ejercicios matutinos. Regreso para darse un baño y mientras tomaba su taza de café con leche, la escucho… una y otra vez.

 Dejo todo como estaba y salió del cuarto a toda prisa para no llegar tarde al evento, pero en la salida fue detenido por la madre quien evidentemente emocionada lo acuno en su regazo con un fuerte abrazo y ese instante mágico hizo que estuviera atrasado para llegar a la hora para entregar de los premios y salió corriendo como un loco chiflado como le decía su abuela al verlo encerrado todo el día en el laboratorio.

La noticia se repetía sin pausa, desde la radio y la televisión.

La madre nunca entendería ese lenguaje, pero estuvo atenta a la entrega del premio cuando la voz de metal de un locutor dijo: Felicitaciones para todos quienes con su intelecto desean cambiar el mundo. El premio es para novel y abnegado científico quien con sobrada sabiduría e interminables horas de trabajo, quizás ni tiempo para ir al baño- se escucharon rizas en el auditorio- de combinar largas e intensas horas ha creado  por medio de un algoritmo crear una máquina inteligente capaz de detectar la entrada a ‘la tierra de virus mortífero que ataquen a seres vivos, dígase al hombre, animales o las plantas, suplementando la reducida capacidad de los humanos durante siglos para poner fin a las plagas que por siglos ha enlutado al planeta.

 La noticia, junto a su nombre, se repetía, sin pausa, desde la radio hasta la televisión.

 A la salida del evento es detenido por una oleada de periodista.

_ Unas palabras para nuestra revista ¿Satisfecho con lo logrado? ¿Satisfecho con el premio?

_ No del todo.

_ Explicase.

_ Estaré verdaderamente realizado y feliz cuando mi programa pase el test de Turing, solo así colocaré tranquilamente mi cabeza sobre la almohada.

 Paso un largo tiempo, y para entonces los medios noticiosos se habían olvidado del aporte del joven científico. Como era habitual trasmitían las noticias convencionales según el espacio, hasta que, una lluviosa mañana, una simpática conductora, y deteniéndose la programación deportiva anunciaba que La ley de Inteligencia Artificial aceptaba y permitía bajo reglamento la entrada en vigor de máquinas inteligente en la lucha contra la virosis.

La madre sintió una enorme satisfacción y pensaba que convertido su hijo una celebridad, abandonaría, si no definitivamente al menos por un tiempo el laboratorio.

Han pasado dos años del transcendental suceso y la madre continuaba escondida detrás de la puerta observando a su hijo a través de una mirilla.

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