Delirio

Por: Kevin Eduardo Erives Chaparro (México)

La lengua de las sombras es elocuente.

El vientre del cielo da a luz un nuevo día

La mañana es el duelo eterno,

Y cada vez que me despierto

siento que me levanto de entre los muertos.

¿Acabará, pues, mi travesía en tragedia?

¿navegaré pronto bajo el mando de Caronte?

¿debería de arrojarme desde el monte?

¿es que alguien en el más de allá me espera?

No lo sé, ni sé si lo sabré

solo espero que dependa más de mí

que de la artera suerte

de otra manera la muerte sería un oprobio

ineludible y sin retorno.

Pero esto no puede ser tragedia

¡esto debería acabar en epopeya!

pero no habré de reducir mi sentencia de vida

disfrutaré hasta el final mi condena

dictada por la suerte y el tiempo

y el verdugo cosechará mil primaveras.

Morir apacible junto una estantería de libros,

el fuego y encima, un diploma en la pared, 

la misma mujer de hace cincuenta años

y unas cuantas llamas jóvenes esperando oír una vieja historia.

Esa podría ser mi canción,

quizá todos podamos ser héroes en nuestras narrativas,

no todo el tiempo, no a toda hora,

pero aceptar el reto de la existencia,

podría ser tan heroico como triunfar en cien mil combates.

quizá el general no solo enfrenta al enemigo en el campo de batalla,

sino también en casa, con su consciencia

frente al espejo, debatiéndose con la existencia.

¿Seremos todos héroes al vivir?

Seguro todos luchamos siempre

por nuestro lugar en la Historia.

¿Es el delirio la felicidad o es la miseria?

y es que me repito casi en vano que

el aliento de la vida estará junto a mí

hasta el día de mi muerte.

Pero no hay nadie para comprobarlo,

Pues en la soledad, 

ni siquiera la autoafirmación es legítima.

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