Por *Rodrigo García Lopes (Brasil)
Las lluvias de invierno
devoran el sonido de las olas.
Ruido blanco asombro.
En la línea de flotación
en la delgada línea del horizonte
como la primera vez
un relámpago
cortó el pulso del cielo
Nervios de luz en la oscuridad más absoluta.
Alguien mira el mar como en una película
frases polisonantes de espuma
a cámara lenta
y sus líneas silenciosas: se rompen
donde menos se espera
mientras nacen, mueren
subtítulos
en la pantalla crepuscular
susurran la vieja profecía
transmutar el mutismo en música.
Un palacio de fantasmas
esculpido en el aire cristalino del mar.
El viento sur en el follaje
ilumina las estrellas
pero es el agua la que nos quema hasta el sueño
nos deja desnudos y aturdidos
e ilumina los reflectores del sueño.
Viejo mendigo
suelta gatos negros
en las noches blancas
Alimenta el alba
con sus pasos lentos.
La naturaleza transformada en pensamiento.
Una fiebre muda
inunda nuestros cuerpos,
dispersa el silencio de la bruma.
*Rodrigo Garcia Lopes es poeta, novelista, traductor, ensayista y compositor. Sus últimos libros son Poemas Coligidos (1983-2020), Kotter Editorial, y la traducción de Zona e outros poemas, de Guillaume Apollinaire (Penguin-Companhia).
