Por Aníbal Malaparte
La tragedia del siglo XXI
consiste en la imposibilidad de la tragedia,
y ya solo queda la farsa
de la historia sin acontecimientos,
de los recuerdos sin memoria,
de los significantes sin significado,
de poesía sin fuerza simbólica,
de enemigos convertidos en socios,
de lucha de clases reducida al consenso
de la parodia de uno mismo.
La auténtica tragedia consiste
en el no morir,
en ni siquiera afrontar la posibilidad
de salir herido.
