Granada

Por Jade Estefanía Carrasco Villa

Estoy aquí; una vez más.

No importa la hora que sea en este momento,

Haré que miles de voces en tu cabeza te persigan como un criminal.

Tu excitado cerebro no puede diferenciar entre fantasía o realidad,

Mírame, y dime cómo se siente el calor de la sangre que sube

De tus pies a tus manos, en silencio recorre tu pecho y

Se anida en tu frente.

¿Sabes que ahora tienes un aroma fétido por todo tu cuerpo?

Disimula, porque nadie lo ha notado, nadie te mira, pero todos ríen en silencio.

Resiste, tu corazón no coordina con tus pasos,

Espera, este acelerado palpitar va a hacernos desmayar.

¡Detente!

No olvides respirar, el celeste del cielo se refleja en las palmas de tus manos.

¿Notas ese sabor amargo? ¿Quieres huir por un balde de agua fría?

No hay salida, yo estoy aquí y nadie más a tu lado.

Soy la granada que dejará dolorosas esquirlas en cada parte de tu cuerpo,

Tal vez mañana no lo recuerdes, 

Finos látigos de confusión podrás sentir,

No te resistas, seca esas lágrimas de tu rostro para que puedas ver

Que no soy real, vivo en ti, por ti.

Tú me alimentas para regresar cuando yo quiera.

Mira el reloj, pareciera que llevamos una eternidad en este vasto segundo.

Aprieta los dientes, cierra los ojos  y dime que esto puede terminar,

En el próximo anochecer despídeme en un dulce sueño,

Permite que tu alma cabalgue sin miedo a titubear si algún día regreso. 

Dejar un comentario