El imperio de la frivolidad

Por Damián Andreñuk

En el imperio de la frivolidad las marionetas vacías

tienen máxima desfachatez o máximo acartonamiento.

Cada dolor deja su epígrafe y cenizas escarlata.

Sin afecto una caverna o una catedral son ya lo mismo.

 ¡Es tan hondo y tan sencillo el éxtasis del beso!

 Es posible despertar desarraigarse de las pesadillas.

 En el imperio de la frivolidad las marionetas vacías

 reprimen y sobredimensionan los bajos placeres.

 Hay mucha luz oculta detrás de la tragedia.

 Es falsa toda lágrima que no establezca portales.

 Planea una golondrina en su belleza más azul.

 Un corazón veraz y auténtico jamás jamás se rinde.

 En el imperio de la frivolidad las marionetas vacías

 desfallecen por lo insignificante y mínimos obstáculos.

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