El primogénito

Por Meneses Monroy

El esperado primogénito nació. Para sorpresa de sus padres no se asemejaba en nada a lo que habían imaginado, sería su bebé al nacer. La criatura era una masa peluda. Los médicos descartaron malformaciones. El niño estaba sano, solo era particularmente feo. En su niñez y en su adolescencia, Juan Marcial, se sabía diferente, se decía a sí mismo: “no soy feo, soy poco agraciado”, y le causaba gracia usar esa tautología. Sin embargo, había un pensamiento que no solo le hacía sonreír; un pensamiento que lo salvaba. Rumiaba: “En el futuro todos seremos polvo. ¡Qué dicha será ser polvo!”.

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