Por Laura Zorrilla Viñas
España
Había tantos parches en mi vida,
tantas moras,
tantos clavos,
que se solapaban unos con otros,
y empezaron a formar una torre de Babel.
Una torre donde esa mezcolanza y danza de idiomas,
no me llevaba a entenderme ni a mí misma.
Ocurre que tanto amontonar se hace bola,
una bola difícil de digerir.
Y es que no se puede acumular cual Diógenes,
porque no hay espacio para lo importante.
Importante de importarse, así en plan, a lo Amor Propio.
Para no desviar la mirada,
para verse hacia dentro,
para reconocerse los huecos,
y una misma echarse cemento, que no tierra encima.
Y es que, entre parches, moras y clavos,
puse una tienda de ultramarinos
o me hice un submarino (que se yo),
con el fin de salir a flote.
