Por Jordan Bitochi
Argentina
Mísero instante
Viendo el ecosistema
encuentro cosas interesantes.
inventamos barreras invisibles,
construimos muros mentales.
Porque se me aleja la gente,
que tengo que espanta.
Que lindo consuelo,
entre ellos se dan la espalda.
No concuerdan con parientes,
porque arriesgarse con un extraño.
Miro fijo a las personas
y quedan asombrados.
Hice el experimento
con una empleada,
el resultado fue el esperado.
¿Qué habrás pensado?
¿Qué se trae este, tendré algo?
pero si te preguntará,
me verías aún más raro.
Solo quería sentir
la calidez de una mirada.
Quería hacerte ver
que estabas presente.
Quería conectar por un rato,
recordarte que somos seres sociales,
y que interactuar es una necesidad
así dicen los que saben.
Mírame a los ojos, estoy aquí,
estoy vivo, tengo sangre.
Mi alma sigue en mi cuerpo,
no se fue a ninguna parte.
Saliste del estándar,
buen día no es suficiente,
quiero sentir tu mirada.
Quiero recordar que existo,
no me dejes a la deriva,
aunque no te conozca,
tal vez te estoy necesitando.
Por un mísero instante,
quiero creer que soy alguien.
Condenado
Al que tira los dados
no lo pude encontrar,
es todo un experto,
en jugar a escondidas.
Ocultate de las personas malas
ellas irán por tí.
Y por más que lo intenté
no pude esconderme de mi.
Las líneas blancas de la ruta
en el primer asiento.
El mundo real
se parece a un mal sueño.
En el cementerio está mi tumba,
hoy fui a ver mi lugar.
Y los que allí habitan,
me dijeron,
solo unos días más.
Me puse de rodillas
y al mármol le grité mi petición:
Pedí por mí,
que está irá se aplaque.
Pedí por mí,
que no exista un infierno.
Pedí por mí,
nunca más reencarnar.
Pedí por mí,
que nadie tome mi vida.
Pedí por mí,
por las cosas que hice.
Pedí por mí,
que cumplas tu promesa
y así al fin podré descansar.
