La pareja iguana, juntos en un vagón de la caravana

Por Gustavo Gómez

-Pobre muchacha. No lo va a soportar- comentó la mujer angustiada-.

– ¿Por qué? – preguntó el hombre sin quitar la vista de la muchacha-.

-Todavía preguntas: ¿Por qué?, por favor.

– ¿Por qué se va a someter al tratamiento del hombre iguana?

– ¿Necesitas algo más? – reclamó la mujer-.

-Yo no veo por qué compadecerla.

-Eres insensible.

– ¿Insensible? – refutó el hombre-.

-Imagínate. Una mujer joven, virginal como ella, terminando siendo un…

-Dilo, no tengas miedo.

– ¡Un Monstruo! – aseveró la mujer con cierto temor-.

– Por eso mismo, ¿Pero pobre muchacha, por qué?

-Es que no entiendes. Después de que salga del vagón del hombre iguana, su vida va a ser diferente. Nadie la va a querer, todos la van a observar con ojos de miedo, extrañeza, asco.

– ¿Y eso qué? Imagino que lo mismo le pasa a él…

-Pero ese es su trabajo, su vida. –confirmó la mujer-.

– ¿Y?

-Bueno, y… uno ya está acostumbrada a él, pero ella…

-No seas estúpida.

-Dime lo que quieras, pero tengo lástima de ella, si pudiese lo impediría.

– ¿Impediría? Ahora serás la gran salvadora de las vanidades humanas.

-Eres insensible.

-No tanto. No lo creas.

– ¡Una joven niña! – exclamó ella-.

-Una joven niña que desea ella misma transformarse en algo diferente, porque según entiendo nadie la obliga, ella misma ha decidido …

-Está confundida.

– ¿A los diecisiete quien no está confundido? No puedes ir en contra de la corriente. Si ella quiere convertirse en eso, hay que respetarla. Si desea mutilar todo su cuerpo con esas marcas, ¿No has pensado que talvez sea porque no es feliz? El hombre iguana es feliz. Nunca lo he escuchado quejarse, al contrario, siempre está desesperado buscando la manera de poder llevar su cuerpo a la máxima perfección en su estilo. ¿Qué es?, ¿Solo porque se ve diferente?, Ahora bien, Tiene su atractivo, incómodamente animal para nosotros, porque biológicamente somos iguales, pero no hay duda que es especial. Es como todo. Tu impulso de conservación natural te hace sentir repulsión por un modus vivendi contrario al tuyo, ¿Y eso qué?…

– ¿Y si después de hacerlo ella se arrepiente? – preguntó la mujer-.

-Será su problema. – dijo el hombre –No hay marcha atrás, es como todo. Tú tomas las decisiones más importantes en la vida, y si logras el objetivo que quieres, vivirás con ellas siempre, tranquila y feliz, aunque a los demás no les agrade, pero si te equivocas, igual tendrás que vivir con ellas, no gustándole a los demás y no gustándote a ti.

-Pero…

-No, no hay, pero que valga. Hay enanos, feos, amarillos, blancos, negros, deformes, que no han pedido ser así y tienen que vivir con ello toda una vida. Pero hay otros que tienen las agallas de escoger como se quieren ver el resto de su vida y a esos, yo los aplaudo, porque en realidad saben lo que quieren y, además, ella será el complemento perfecto para él. Él necesita amar y ella le ofrece su amor.

– ¿A qué precio?

-Al precio que sea, ella lo ama, lo amó primero antes que nadie, desde su interior. Ahora lo desea amar completamente desde su exterior también. Ya no será un solo extraño al que gente viene a ver a través de una vidriera, ahora serán dos a los que vendrán a ver y estarán juntos, serán la pareja iguana, ¿Qué más quieres? Los designios del destino son así. Nadie puede con el amor, ni con el impulso, ni con los deseos más íntimos de los demás, por más que se los nieguen. Pero son felices, viven su mundo, ¿Eso es malo acaso?, ¿Es pecado?

-Pero es una niña… – volvió a insistir la mujer-.

-Una niña que se ha convertido en mujer al lado de un buen hombre, diferente, un hombre al que todos ven con ojos de repudio, pero que disfrutan de él, pagan por. Con su cuerpo marcado y esos miles de protuberancias que le hacen así, su mundo gira en torno a eso. ¿Qué habría pasado si no hubiese encontrado a su paso la caravana?, estaría encadenado en un sótano, frío, mugriento y maloliente, en donde su familia le pasaría la comida por un hueco debajo de la puerta. Míralo, es feliz, y esa felicidad ahora nos contagia a todos por la eternidad.

-Entiendo su caso, pero ella…

-Ella encontró en él a quien no iba a encontrar en la vida. No solo de desear muñecas se vive. Ahora el será su muñeco y ella la suya. Se compartirán y se respetarán.

-Es que… -titubeó la mujer-.

-Es que nada, la vida es así y más aún en esa situación. No tenemos de dónde escoger, y aunque así fuera, ten la seguridad que lo haríamos por amor, no por apariencia, ni por intelecto, ni por… físico, eso es secundario ante los designios de la fuerza mayor que rige el destino, nuestro destino… míralos, obsérvalos, son como un par de pajarillos que revolotean como locos en su felicidad, no les quites las alas porque sin ellas morirían, porque sin esa libertad que ahora disfrutan se derrumbarían sus sueños, sus ansias, ¿y qué harían sin ellas?, dejar de existir. Mientras tanto serán nuestros: hombre y mujer iguana, y la gente les amará tal como son, porque le darán lo que buscan, curiosidad, morbosidad, lo prohibido.

Ellos se aceptaron, ella mutiló su cuerpo igual a él, creando escamas, protuberancias, marcas que quedarían impregnadas en el resto de su existencia, y se vieron uno frente al otro: idénticos, y fueron eternamente felices, sin importar lo que los demás pensarán…

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