Canción tediosa, pero amante, reconocimiento y exaltación del fruto compartido

Por Aziz Córdova

Te mando pájaros cosquillas a arrancarte una sonrisa,

cascabeles de semilla que susurran en la brisa,

rocío de agua viva que te cubrirá sin prisa

un abrazo que te abriga,

palabras de ceniza,

calorcito de este fuego que mi lengua tamiza.

Te mando un rayo manso que ronroneando partirá la sombra

salpicará de luz y encanto las pesadas horas

haciéndolas amables, sonarán como las olas

besarán tu sueño afable

arenarán las esquinas de tu alcoba

y será alguna dorada playa

esa tu piel que beso

y será alguna dorada playa

esa tu piel que sana

y será dentro: en tu profundo silencio

frente a ti, donde la iridiscencia intuyas

y será en tu carne propia

donde te abraces

tú toda

plena

digna

y tuya.

Entonces, podrás mirarte

sin la ardiente culpa que el mundo ha escondido en nuestros huesos

sin el miedo que fulge la palidez de esta galaxia

con todos los dientes y todos los dedos

coloridos jilgueros

que te vuelen y te canten y te adornen

allá donde vayas.

Por mi parte

solo puedo acercarte

esta canción apresurada y ramplona

llega tarde, llega tarde, yo sé que no son horas

se hace bolas, es cobarde, solita se desmorona

e ingenuamente aquí pretende darte,

todo lo que ya me diste

de vuelta ahora.

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