Por: Hugo I. López Coronel* Entonces mis labios abordaron los suyos. Él me lo propuso. Llegaba de la ceremonia. Arrugada por la risa de tan apetecible festín. El luto me sentaba, me hacía respirar lo que yo pretendía. Siempre ha sido así, como que... ¡Así!, lujo, mi encanto, decidir dejar todo a un lado y …
