Lee Miller y la bañera de Hitler

Por: Sebastián Cabrera Vega

El siguiente texto es un esfuerzo intencionado para tratar de describir no solo a la fotoperiodista de guerra Lee Miller, sino también para intentar comprender cuáles fueron las motivaciones que la llevaron, quizás irremediablemente, a documentar uno de los hechos más violentos y trágicos de la historia mundial moderna. Sus orígenes y motivaciones, sin duda, fueron clave en el proceso formativo que culminaría llevándola a realizar uno de los trabajos periodísticos más importantes, al menos, de la primera mitad del siglo XX. En la actualidad, su obra fotográfica de la Segunda Guerra Mundial es uno de los principales recursos que dan fe de los horrores perpetrados en el genocidio durante la implementación de la llamada Solución Final bajo el régimen nazi. Miller fue una de las primeras fotoperiodistas que documentó con su cámara lo ocurrido en los campos de concentración, logrando ingresar a los campos de Dachau y Buchenwald.

La vida de la fotoperiodista es la de una mujer que pasó por procesos de crecimiento, superación, lucha y adversidad. Logró romper todas las etiquetas sociales con las que se pretendía reducir a las mujeres a objetos propiedad de sus maridos en las décadas de los años 20 a los 50. Fue una artista que transformó su especial manera de ver el mundo en su arma más poderosa, lo que la convirtió en una gran cronista que contaba historias a través de su cámara. Pasó de ser una cotizada modelo en las portadas de revistas de moda a documentar los campos de concentración nazi. Su vida fue un cúmulo de luchas y traumas que la llevaron a transitar de la belleza al horror. Este trabajo no solo relata quién fue Lee Miller, sino que también busca comprender las decisiones y heridas que contribuyeron a definir su legado.

Lee Miller, entre la belleza y el horror

Elizabeth “Lee” Miller nació en 1907 en Poughkeepsie, Nueva York (Hilditch, 2024), siendo la segunda de tres hijos del matrimonio de Theodore y Florence Miller. Su padre era de origen alemán y su madre, de una familia irlandesa-escocesa. Theodore, ingeniero y fotógrafo aficionado, cultivó en sus tres hijos el gusto por la fotografía. Fue precisamente su padre quien le compró a Lee su primera cámara fotográfica, una Kodak Box Brownie, cuando tenía tan solo diez años (Hilditch, 2024).

Lee destacó desde muy temprana edad por su impactante belleza, comenzando como modelo para su padre desde su infancia, hecho que se refleja en las numerosas fotografías que él tomó y que están resguardadas en los Archivos de Lee Miller en Sussex del Este, Inglaterra. En dichos archivos también se constata que en muchas ocasiones él le pidió que posara desnuda, una práctica que se repitió más adelante en su vida como modelo y aprendiz en diversos estudios fotográficos. Este hecho quizás fue la base que, en algún momento, la llevó a decir: “Prefiero hacer una fotografía que ser una de ellas”.

Sin duda, su vida es la de una mujer intensa que desafiaba los límites de su época y que supo aprovechar sus cualidades tanto delante como detrás de la cámara. Durante sus primeros años como profesional, se desarrolló como modelo y, más tarde, incursionó en la fotografía de modas y campañas publicitarias. Es evidente que durante esta etapa fue fundamental el conocimiento adquirido a los 18 años, cuando se mudó a París para estudiar iluminación, vestuario y diseño en la Escuela de Escenografía de Ladislas Medgyes.

Rápidamente, se convirtió en una de las mujeres más fotografiadas de las décadas de los años veinte y treinta, destacando en el campo de la moda y apareciendo en las portadas de revistas como Vogue, Harper’s Bazaar y Vanity Fair (Hilditch, 2024). Durante sus años como modelo, trabajó con el artista Edward Steichen, quien pronto se convirtió en su mentor. Lee aprendió el arte de la fotografía de moda, pero deseaba más que ser solo una musa; quería ser la creadora de imágenes.

Desafortunadamente, durante su colaboración con Steichen, tuvo que enfrentar el abuso de confianza por parte de su mentor. En 1928, él vendió imágenes de Lee a una agencia publicitaria que las utilizó para promocionar la marca Kotex. En ese momento, sin saberlo, se convirtió en la primera modelo real en anunciar productos de higiene femenina, lo que, dado el tabú de la época, redujo sus oportunidades de trabajo (Putnam, 2024).

En 1929, Lee se convirtió en modelo y musa de Man Ray, fotógrafo y pintor surrealista 16 años mayor que ella, y comenzó a tomar trabajos fotográficos en su estudio. Durante este tiempo, muchas de las imágenes tomadas por Lee rara vez se acreditaban a ella (Hilditch, 2024). Lee ya trabajaba en la industria de la moda desde ambos lados de la cámara, pero aspiraba a más; tenía un talento notable para el trabajo surrealista, el cual exploró antes de convertirse en fotoperiodista.

El 4 de septiembre de 1934, contrajo matrimonio con un importante hombre de negocios egipcio, Aziz Eloui Bey (Putnam, 2024), y se mudó a El Cairo. Aunque su esposo le ofreció una vida lujosa y acceso a las noches míticas de El Cairo, pronto encontró insatisfactoria esa existencia. Cuando su matrimonio comenzó a volverse monótono, retomó su trabajo fotográfico, enfocándose en los paisajes que la rodeaban y produciendo algunas de sus imágenes más bellas hasta entonces.

Para 1940, Lee estaba en Londres durante los bombardeos alemanes, habiendo dejado a su esposo para mudarse con el pintor y curador Roland Penrose. De alguna manera, quizás inconscientemente, comenzó su carrera como fotoperiodista, capturando las destrucciones causadas por los bombardeos alemanes. Poco después, se convirtió oficialmente en corresponsal de guerra para la revista Vogue, aunque inicialmente la sucursal inglesa le negó la posición y tuvo que trabajar con la sucursal estadounidense. Lee logró acceder a los frentes de batalla y documentar la significativa participación de las mujeres durante la Segunda Guerra Mundial, desafiando las prohibiciones de acceso en varias ocasiones para capturar lugares cruciales con su cámara.

Así, Lee Miller se convirtió en una de las primeras personas en ingresar, junto con su amigo David E. Scherman, a los campos de concentración de Dachau y Buchenwald para documentar los crímenes de guerra perpetrados por los nazis. Trágicamente, no pudo presenciar el impacto de su trabajo; este solo se descubrió tras su muerte, cuando su hijo y su esposa encontraron varias cajas de fotografías almacenadas en su ático. Estas fotografías y negativos hoy forman parte de los Archivos Lee Miller y están disponibles al público para su consulta. La rebeldía y el coraje de Lee Miller quedarán grabados en la memoria, especialmente en aquella icónica imagen capturada por su colega David E. Scherman, donde aparece en la bañera de Adolf Hitler.

Referencias:

-Bouhassane, A. (2024, julio 18). Lee Miller Archives. Lee Miller Archives. https://www.leemiller.co.uk/

-Hilditch, L. (2024, septiembre 22). Lee Miller: la fascinante vida de una pionera del fotoperiodismo. National Geographic en Español. https://www.ngenespanol.com/el-mundo/lee-miller-la-fascinante-vida-de-una-pionera-del-fotoperiodismo/

-Kevindupuy. (2024, marzo 19). Lee Miller: Women at war. The National WWII Museum. https://www.nationalww2museum.org/war/articles/lee-miller-women-war

-Kevindupuy. (2024, marzo 24). Lee Miller in combat. The National WWII Museum. https://www.nationalww2museum.org/war/articles/lee-miller-combat

-Kevindupuy. (2024, marzo 27). Lee Miller: Witness to the concentration camps and the fall of the Third Reich. The National WWII Museum. https://www.nationalww2museum.org/war/articles/lee-miller-witness-concentration-camps-and-fall-third-reich

-Putnam, J. (2024, septiembre 1). Lee Miller. 100 Photographs by TIME. https://100photos.time.com/photos/lee-miller-hitlers-bathtub-david-scherman

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